lunes, 30 de enero de 2012

VESTIMENTA TRADICIONAL

 En el presente, los otomíes emplean en su vestimenta algodón en telas de manta. que llegan a los lugares más aislados por medio de los varilleros, comerciantes ambulantes que llevan en la espalda los bultos de mercancía y, en la mano, un metro de madera, antiguamente una vara. Las mujeres otomíes son trabajadoras incansables, mientras se dedican a los quehaceres domésticos, cuidan a sus hijos o acuden al mercado, sentados o caminando siempre llevan consigo el huso que sigue laborioso con sus vueltas veloces. Las mujeres usan una blusa o camisa de manta blanca con escote cuadrado y con un pequeño bordado alrededor de la pechera. Usan quechequémeles de lana azules, morados o negros con delgadas rayas blancas una greca bordada alrededor y fleco. El ceñidor, hecho en telar de cintura, lo usan por igual hombres y mujeres. Tiene hasta 20 cm. de ancho, y una longitud de 2.50 metros para que puedan dar algunas vueltas alrededor del talle. Utilizan un ancho rebozo de lana, con rayas azules y blancas y un fleco anudado con un punto de macramé que forma dibujos.
Las mujeres otomíes entrelazan la punta de sus trenzas con un cordón de lana o una cinta tejida a mano. Los hombres visten bajo el sarape una camisa de manta; el calzón va sostenido por un ceñidor igual al de las mujeres. Los huaraches tienen suela de llanta y el pie queda cubierto casi por completo por cinco tiras de cuero. El sombrero llamado de vuelta y vuelta de copa cónica con las alas anchas está hecho con una trenza muy apretada de zacate enrollada en espiral y cosida con hilo de ixtle.

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